Los que me conocéis sabéis que no estoy en contra de la fotografía 3.0, al contrario, me maravilla la conectividad y la capacidad de crear historias que tiene. Pero es una realidad que la fotografía móvil trae consigo un tremendo caos en nuestros dispositivos móviles.
Y este desorden de fotos que acumulamos en nuestros móviles nos impide a veces disfrutar de los recuerdos. Tenemos mezcladas las fotos de nuestra última salida de fiesta, las del trabajo, las de ese mueble que tengo que tirar para ver si encuentro alguno parecido en el Ikea, las fotos de mis “fit desayunos” y las del último viaje… y precisamente para evitar esto hoy quiero darte un consejo: “Crea recuerdos de tus viajes”.
NO te limites a hacer las típicas fotos para luego olvidarlas en el móvil. Llévate tu cámara, haz fotos de calidad y trae recuerdos de vuelta que podrás colgar en tu salón, imprimir en las tazas de tus hijos que tanto disfrutaron ese viaje, o sacar en grande para tus familiares y que sepan que tan lejos que estabas te acordabas de ellos.
Un pequeño sacrificio, como es cargar con una cámara en vez de aprovechar el móvil, te puede traer un montón de ventajas una vez estes de vuelta.
Así que, sin más preámbulos te dejo mis consejos para traerte los mejores recuerdos si te vas de viaje.
Planifica: conoce cuán fotogénico es el lugar al que vas
Cuando preparamos un viaje normalmente dedicamos una tarde o un día (depende de lo complejo del viaje) a buscar los vuelos, los alojamientos, algún restaurante chulo e instagrameable y a dejar programados los pagos en nuestra tarjeta de crédito.
Pues yo te voy a pedir que dediques algo más de tiempo y no sólo busques lo típico. En todas las ciudades hay algo “no tan típico”, algo menos conocido que la gente no visita por desconocimiento. Mi consejo es que busques NO en páginas de turismo, si no en páginas de viajeros. Las hay a cientos, y te llevarán a mercados desconocidos, bares increíbles y esos puntos claves de las ciudades que no todos conocen.
Por ejemplo, ¿sabías que en Bruselas aparte del conocidísimo Manneken Pis, está la versión femenina? Pues sí, hay una Jeanneke Pis que muy pocos conocen, perdida en un callejón que muy fácilmente pasas de lado y junto a la “MEJOR CERVECERÍA” en la que he estado en mi vida… por ahora.
De verdad que siempre merece la pena buscar por los sitios menos concurridos de internet y encontrar jollitas como estas que las hay en todas las ciudades.
Puede que al principio cueste un poco, pero al final acabas teniendo en tu lista de favoritos una serie de páginas para organizar viajes que SÍ merecen la pena.
De modo que para mí lo más importante de un viaje, en lo que a nivel fotográfico se refiere, es la planificación. Llegar al sitio con una idea clara de varios lugares que queremos fotografiar sí o sí.
Equipo: viaja ligero
Cuando viajo lo hago con mi cámara canon EOS M6, mucho más compacta que una reflex y con sus mismas prestaciones. Y la acompaño de un par de objetivos, uno de focal fija, normalmente un 35mm f2, y uno de distancia focal variable, por lo general un 18-150mm. Todo esto lo puedo llevar en una pequeña mochila urbana tipo bandolera. Nunca una mochila fotográfica, más adelante veremos por qué.
Y no… no llevo trípode.
Lo importante es que viajes ligero, que el equipo fotográfico no te estorbe si te quieres sentar a tomarte una cerveza o entrar a cualquier sitio en que no puedas o no tengas previsto hacer fotos
Y para aquellos que me dicen “Muy bien… pero si no puedes llevar más objetivos te estás limitando. Habrá muchas fotos que no podrás tomar”.
A ver chulo, razón no te falta, pero no se trata de traer cienes y cienes de fotos como un “turista japonés en medio de Sevilla”. Estamos hablando de crear los recuerdos del viaje. De modo que hay un detalle más importante que los objetivos a la hora de hacer grandes fotos: “Conoce tu cámara a fondo“
No necesitas una reflex ni un objetivo de 600mm para hacer buenas fotos. Lo que necesitas es saber de fotografía, saber de composición y conocer las limitaciones y las ventajas de tu cámara y de los objetivos que llevas.
De modo que viaja ligero y conoce bien el equipo que llevas.
Composición: sé consciente de lo que estás haciendo
Nunca me cansaré de decirlo; “la diferencia entre una buena foto y una foto fantástica es la composición”.
La diferencia entre un fotógrafo profesional y una persona que no lo es, está en que el primero conoce las normas de composición y las aplica. Esa es la gran diferencia, así que te aconsejo que aprendas esas normas y las apliques en tus fotos. En internet tienes muchos cursos y tutoriales sobre estas normas y también dispones de cursos presenciales, aprovéchalos y aprende composición.
Y en la fotografía de viajes es donde más puedes explotar estas reglas, especialmente la regla de los tercios, los puntos de fuga o las lineas maestras.
Otro consejo que te doy es que hagas fotos distintas usando otros ángulos. Todo el mundo hace las fotos de pie con la cámara/móvil a la altura de los ojos, por lo que esas fotos recogen sólo lo que verías normalmente estando allí. Prueba a agacharte y hacer la foto desde el suelo o subirte a algún sitio y probar con otro ángulo (y cuando digo subirte no digo que hagas el mono o pongas tu vida en peligro por una foto).
Piérdete: es la mejor manera de capturar la esencia del lugar
En mi artículo “Fotografía tus viajes” hablo de comportarte como un viajero y no como un turista.
Esto es esencial para pasar desapercibido, no dar la nota y así poder tomar buenas fotos. Si no pareces un turista, la gente del lugar te tratará con normalidad y no destacarás entre ellos. Estarás más cómodo y relajado para hacer tu magia con la cámara.
Otra norma es huir de los lugares turísticos. Son muy bonitos y hay que hacer las fotos porque representan aquello que precisamente estamos visitando, de acuerdo. Pero la esencia de un lugar no está en donde miles de turistas sacan sus fotos de forma obsesiva para unos Instagrams que son todos iguales. La esencia de los sitios que visitamos está en la gente que va a trabajar o sale a descansar, en los parques, en los mercados o en los bares en que no hay turistas.
Haz muchas fotos de la gente, ellos son lo que le dan la identidad al lugar que estás visitando. Y busca sitios que no sean turísticos; canales de ríos, parques en el centro de la ciudad, mercados, etc.
Y si cuando llegas hay algún festival, celebración o actividad puntual. NI LO DUDES. Saca la cámara y líate a hacer fotos, porque vas a capturar muchos momento inolvidables e irrepetibles.
Descansa
No todo es hacer fotos. Estás de viaje y hay momentos para disfrutar; de una buena comida, de una cerveza en alguna terraza al sol, de una buena noche de fiesta.
No seas un “ansias” y despégate de vez en cuando de la cámara. Relájate y deja descansar tu instinto fotográfico, también necesitas desconectar y dejar de pensar en normas de composición, luz y encuadres.
Es muy importante estar lo más descansado posible (teniendo en cuenta que estamos de vacaciones) para mantener nuestro ojo fotográfico “fresco”. Ten en cuenta que estás de vacaciones y el principal objetivo es disfrutar de los momentos con nuestros compañeros de viaje.
Y ten cuidado con el equipo
Pocas cosas pueden arruinar un viaje como que te roben tu material fotográfico. Por eso decía antes que yo no llevo una mochila fotográfica. Sí, son muy apañadas, pero dan el cante desde lejos. Los amigos de lo ajeno saben de un sólo vistazo que en esas mochilas hay mucho dinero.
Si como yo andas con la cámara en la mano todo el rato, asegúrate de llevarla sujeta a tu mano. Hay muchas correas pequeñas de muñeca para ese fin que no molestan como las de cuello, aunque te obligan a llevar la cámara todo el rato en la mano. A mí, personalmente, eso no me molesta, prefiero llevarla en la mano que golpeándome la barriga. Es cuestión de gustos. Pero la cámara siempre sujeta a prueba de tirones.
Ten en cuenta que estos raterillos que se encuentran en todos los sitios turísticos no quieren complicaciones, si no te pueden quitar el equipo de forma fácil y segura no se van a molestar. Piensa la de cientos o miles de turistas que pasan en un día por un mismo sitio. Si no lo tienen fácil no van a intentarlo… de modo que no se lo pongas fácil.
Mi gran consejo, si tuviera que resumir este artículo a uno, sería: “Céntrate en que tu Instagram no se parezca en nada a los de los influencers que sigues“.
Y no olvides lo más importante; “no traigas fotos del viaje, trae recuerdos “.
La vida es como un libro y si no viajas te quedas en la primera página.
Víctor Salas
“El fotógrafo que está detrás de samuelfoto.es”
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